El Convento de Nuestra Señora de la Esperanza, el nombre de las ruinas que dieron vida a la Posada Convento de Belmonte, tiene papiros tan antiguos como nuestra historia. Su capilla fue el origen de la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza que acompañó a Pedro Álvares Cabral a Brasil.
Esta moderna posada de 24 habitaciones ha conservado el patrimonio histórico del Convento, cuyo origen se remonta al siglo XIII, con una arquitectura de anfiteatro. Está situada al lado de la Sierra de la Esperanza al sur de los Pueblos Históricos de Belmonte.
La piedra, la madera, el hierro, el mimbre, la sobriedad de los materiales y las piezas magistralmente elegidas, el uso de la luz, los tonos relajantes como ocre y verde seco, la arena, la tierra y el fuego crean una atmósfera de paz y tranquilidad en un espacio único en el que se puede escuchar el silencio, sentir la historia y respirar la pureza del aire de la montaña. Y el resultado de la restauración es sorprendente. De una capilla a una cómoda sala de estar, de una sacristía a un bar; de las habitaciones de los frailes, dos habitaciones unidas por un pequeño claustro.