Conímbriga es una verdadera joya del mundo romano. Un lugar ineludible en nuestro viaje hacia Santiago. Un testimonio vivo del fascinante poder de la historia y de las influencias perdurables en el patrimonio cultural nacional.Habitada desde el Neolítico, Conímbriga era un castillo cuando los romanos llegaron aquí en el año 138 a.C. y se apoderaron del Oppidum. En la época del emperador Augusto, el Foro y las termas fueron los primeros edificios que se construyeron. El agua procedía de un lugar conocido hoy en día como Mãe-de-Água de Alcabideque y a través de un acueducto que aún hoy es visible. La ciudad fue amurallada, se construyó una basílica y también numerosos lugares de culto. La cabeza de Augusto y sus pies con sandalias de tiras, encontrados cerca del templo, son prueba de eso.Cuando Conímbriga recibió el estatus de ciudad, probablemente entre el 70 y el 80 d.C., se erigió un nuevo Foro. Su pórtico y la nueva plaza poblada de magníficas estatuas demostraron el poder de sus habitantes. Las calles y las casas con sus patios frescos y perfumados, las aceras pavimentadas con mosaicos policromáticos y el olor de los baños, nos llevan a imaginar una Conímbriga pomposa, casi "imperial".En Condeixa, la naturaleza es generosa. Un paseo por la Mata da Bufarda es la prueba de ello. Es un mundo maravilloso donde la encina, el roble y el alcornoque marcan el sur. Nos encanta el descubrimiento de pequeñas flores de colores: el lirio, el cardo, el poleo, el jacinto y las orquídeas.Muy cerca de Conímbriga, el Canhão do Rio de Mouros nos muestra miles de años de trabajo del agua sobre la piedra caliza: en el fondo de su lecho y en las orillas nos sorprenden cuevas, rosas silvestres y lirios.