El macizo de la Serra da Estrela es mucho más que un conjunto de hermosos escenarios de montaña. Los valles glaciares de la Sierra son paisajes únicos en el país, de una belleza incomparable. Los valles Glaciares del Zêzere, de Alforfa, de Loriga, de Covão Grande y de Covão do Urso se originaron hace 20.000 años, cuando la placa de hielo que cubría el altiplano donde hoy se encuentra la Torre se fue dañando con el aumento de las temperaturas atmosféricas.
Las placas de hielo que se derritieron se deslizaron a altitudes más bajas, arrastrando bloques graníticos y formando valles a su paso. Los vestigios de esta gran obra natural, enormes valles en forma de U con rocas pulidas, bloques erráticos y depósitos de morenas, permanecen intactos desde hace miles de años. Déjate deslumbrar por estas excepcionales maravillas de la naturaleza y recorre la Ruta de los Glaciares, resiguiendo los mismos caminos por los que ya ha pasado el hielo.
Moldeado en forma de U, el Valle Glaciar del Zêzere es uno de los mejores ejemplos de modelado que el hielo imprimió en el paisaje serrano. Con 13 kilómetros de extensión, esta lengua de hielo se abre por escarpadas laderas de imponentes rocas graníticas, albergando en el fondo del valle el río Zêzere. La estructura única de esta garganta de piedra enmarca paisajes de pastos entre los acantilados, las casas serranas típicas y la villa de Manteigas. Déjate impresionar por la magnificencia de la Nave de Santo António, sube los senderos que llevan al impresionante Valle da Candeeira o baja hasta la falda del Cântaro Magro, donde se abre el Covão de Ametade, un antiguo lago glaciar cuya inusual belleza merece una larga visita.
Y si el valle del Zêzere te ha encantado, sal a explorar los otros valles glaciares del Parque Natural y conoce la obra que la naturaleza ha esculpido en la sierra.
El valle de Alforfa es el que muestra más claramente las acumulaciones de rocas y bloques de dimensiones colosales provocados por el deshielo, que nos indican dónde se situaban las lenguas glaciares ancestrales.
El hermoso valle de Loriga ofrece un escenario deslumbrante, formado por laderas inclinadas, acantilados que parecen tocar el cielo y depresiones profundas; aquí puedes visitar el Covão da Areia, descender por la Garganta de Loriga o admirar la Penha do Gato y la Penha dos Abutres.
El Covão Grande, situado a una mayor altura, ofrece al caminante magníficas formas naturales mientras recorre la Nave Travessa o las márgenes de la Lagoa Comprida.
En el Covão do Urso el paisaje montañoso formado por la mayor morena de la sierra se extiende por cerca de 3 kilómetros entre la vegetación. Recorre los caminos que deambulan por todo el valle, sintiéndote en plena comunión con la naturaleza.