Si la belleza de sus márgenes ha inspirado a generaciones de estudiantes y poetas, la fuerza de sus aguas, refrescando las praderas fértiles del valle o inundando hasta los monumentos más importantes, no deja a nadie indiferente.Situado en la margen derecha del Mondego, con una superficie de unos 400.000 m2, el parque reúne una amplia zona de terrazas asentadas en una plataforma de madera sobre el río. La zona verde ofrece cuatro kilómetros de corredores peatonales y carriles para bicicletas, entre bares, restaurantes, un parque infantil, pabellones de exposiciones temporales y el Pabellón Centro de Portugal, diseñado por Souto Moura y Álvaro Siza Vieira.
En la margen izquierda del río se ha construido una caja de arena utilizable para la práctica de vóley playa, un skatepark de nivel básico, varias secciones de diversión infantil, un merendero y cuatro pabellones para actividades náuticas. Aquí, no faltan oportunidades para experimentar un paseo en barco neumático, en canoa, en pedalo o hasta en barca serrana, la embarcación tradicional que antaño transportaba la ropa de las lavanderas a lo largo del Mondego.
Proyectado por los ingenieros Cecil Balmond y Adão da Fonseca, el Puente Peatonal Pedro e Inês (Ponte Pedonal Pedro e Inês) es una estructura asimétrica con 275 metros de largo que se eleva diez metros sobre el agua y conecta las márgenes izquierda y derecha del Mondego. Considerado un icono de la arquitectura y la innovación técnica, este puente peatonal tiene una pasarela de madera con protecciones en vidrio de cuatro colores: amarillo, azul, verde y rosa. En el centro del puente, una original plaza, con ocho pies de ancho, te invita a un momento de descanso y meditación.