Hoy preservan la memoria de la región fronteriza, narran las historias de sus señores, susurran leyendas y marcan el paisaje con la imponente arquitectura de la época medieval. Ven a descubrirlos en Alfaiates, Almeida, Belmonte, Castelo Bom, Castelo Mendo, Castelo Rodrigo, Guarda, Idanha-a-Velha, Monsanto, Penamacor, Penha Garcia, Pinhel, Sabugal, Sortelha y Vilar Maior.
No cuesta mucho viajar en el tiempo al recorrer una fortaleza con más de 2.500 metros de muralla, asomándose a un balcón desde donde se combatió con el enemigo con aceite hirviendo u oyendo contar leyendas como la del Cercenado. En los Castillos de Frontera puedes recorrer un mundo de piedras e historias que llevan hasta ti la vida del pasado. Descubre Almeida y déjate encantar por la grandeza de su fortaleza, una estrella de doce puntas vista desde el cielo. Recorre las murallas de Belmonte, que vieron nacer al descubridor Pedro Álvares Cabral. Pasa las Puertas dos Berrões en Castelo Mendo. Déjate encantar por las leyendas dentro de la Torre dos Templários de Idanha-a-Velha. Explora todas las puertas del castillo de Guarda que aún hoy observan las callejuelas de la ciudad. Baila y canta al son de los adufes en la Fiesta da Santa Cruz que llena, una vez al año, las murallas de Monsanto. Visita el mirador virtual de Pinhel. Conoce la singular torre del Castillo das Cinco Quinas, en Sabugal. O recorre los senderos de montaña que conducen hasta el castillo de Vilar Maior.
Déjate conquistar por la belleza de las tierras fronterizas y de sus imponentes fortificaciones, que aún hoy parecen cumplir con su función de guardar la frontera más antigua de Europa.
Portugal es el estado más antiguo de Europa, remontándose su historia al siglo XII, cuando en 1139 D. Afonso Henriques declaró la independencia del Condado Portucalense, iniciando la ruptura definitiva con la soberanía de León y de Castilla. La ampliación de las fronteras del nuevo país, que en la época de su fundación se limitaba al territorio entre los ríos Miño y Mondego, se convirtió en el mayor objetivo de los primeros reyes de Portugal, y fueron muchas las batallas libradas por la conquista del sur. Entre avances y retrocesos, conquistas y pérdidas, contiendas con los ejércitos vecinos y luchas con los moros, el establecimiento de la nación tuvo lugar durante generaciones.
Fue durante el reinado del rey D. Dinis, en 1297, cuando la firma del Tratado de Alcañices entre Portugal, León y Castilla, confirmó definitivamente las fronteras portuguesas. El rey portugués abandonaba sus intenciones de conquistar territorios a los reinos vecinos, a cambio de consolidar las fronteras ya existentes. Como contrapartida, las tierras de Riba Côa quedaban reconocidas como posesión de la corona portuguesa. Fue así cómo los castillos de la frontera se convirtieron en símbolos emblemáticos de la independencia nacional, demarcando los límites extremos del interior del país. Hasta el día de hoy, estos castillos guardan tierras, dan cobijo a gentes y cuentan historias. Ven a conocer los guardianes de la Historia de Portugal.