Pueden ser insignificantes puntos en el mapa del mundo, pero gracias a ellos cambió el destino de un país. Con ubicaciones estratégicas junto a la frontera española, los Pueblos Históricos de Portugal son fruto del trabajo de varias generaciones de reyes que, preocupados por la defensa del territorio, se encargaron de poblar y fortificar la región.
Destacando a D. Afonso Henriques, fundador del reino de Portugal, y a D. Dinis, el rey que firmó el tratado que fijó la frontera con España, hoy la más antigua de Europa, fueron muchos los gobernantes que edificaron castillos y murallas, otorgaron cartas forales y ofrecieron privilegios a quien allí se estableciese. Porque en tierra sin pueblo es fácil que se instale el enemigo, pero no en estas tierras donde tuvieron lugar tantas batallas. En cada victoria el pueblo veía un milagro, originando la construcción de una capilla o una iglesia. En cada episodio nacía una leyenda, dándole un aura mágica a la Beira portuguesa. Y así, siglo tras siglo, se fue construyendo, destruyendo y volviendo a construir un patrimonio que hoy sigue invocando toda la Historia de Portugal. Ven a descubrirlo en Almeida, Belmonte, Castelo Mendo, Castelo Novo, Castelo Rodrigo, Idanha-a-Velha, Linhares da Beira, Marialva, Monsanto, Piódão, Sortelha y Trancoso.
Tal como en el Portugal medieval estas aldeas se aliaban para combatir al enemigo, hoy en día se alían para combatir los efectos del paso del tiempo y de la desertización. La Rede das Aldeias Históricas ha venido a dar al interior de la región centro de Portugal una estrategia de desarrollo y valorización centrada en los valores de la historia, la cultura y el patrimonio. Lo que empezó como un simple conjunto de obras públicas –con la recuperación de fachadas y techos de casas, arreglos urbanísticos, mejora de accesos y renovación de monumentos– ha acabado por significar una recuperación de los pueblos, no solo como espacios físicos sino también como conjuntos simbólicos, capaz de promover la economía, dando oportunidades a los actores locales para intervenir y también estimulando socialmente la región. Las caras tan frecuentemente avejentadas de la gente que permaneció en la aldea se cruzan hoy con las de miles de visitantes que llegan en busca de una aventura por el pasado y del alma de la Beira portuguesa.
Fundadas en una región repleta de valores naturales, la Beira portuguesa, los Pueblos Históricos se benefician de la proximidad de la Serra da Marofa, del Parque Natural da Serra da Estrela, de la Gardunha y de la Reserva Natural da Malcata. Con un marco como este, nadie se resiste a explorar los innumerables caminos entre pueblos, aprovechando para dar un paseo a pie, en bicicleta o en coche. Déjate inspirar por el paisaje fascinante y aprovecha para probar algunos de los productos regionales más auténticos. También en los quesos, en el vino, en el cabrito, en el cordero, en los embutidos y en el aceite de oliva típicos de la región centro de Portugal se encuentran los rastros de la historia. Después, visita los centros históricos y su patrimonio religioso, arquitectura popular, palacios y casas señoriales, castillos, murallas y fosos, picotas, prisiones y casas de cámara. Déjate transportar al Portugal Medieval, y también a los Descubrimientos, a la Restauración, a las Invasiones Francesas o hasta la Prehistoria. Y no quieras verlo todo de una vez. Un día querrás volver a los Pueblos Históricos de Portugal, con toda seguridad.
Une por etapas los 12 Aldeas Históricas del Centro de Portugal, en un recorrido circular de unos 600 kilómetros.
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