Situada en la ladera noroeste de la Serra da Estrela, la villa de Linhares da Beira se levanta en el medio de un magnífico paisaje. Por su ubicación, que permite una defensa eficaz, la población fue ocupada desde la Edad de Hierro, y allí fue fundado un castro. Durante la ocupación romana, el poblado pasó a formar parte del eje viario entre Guarda y Conímbraga. Ocupada posteriormente por los Visigodos y los Árabes, fue conquistada por D. Afonso Henriques, quien le donó carta foral y promovió su repoblación. Se sabe que en el reinado del rey D. Sancho I Linares ya tenía una fortificación, y de esta época proceden algunas de las historias más memorables de la villa, como la de Rodrigo Mendes, el alcaide que acudió en defensa de su hermano Gonçalo, alcaide de Celorico, cuando este se hallaba rodeado por los castellanos, logrando una sonora victoria sobre los vecinos enemigos, que fue celebrada posteriormente con la edificación de una capilla.
El castillo que hoy se levanta majestuoso sobre un enorme macizo de granito es una obra del tiempo de D. Dinis, dado que fue el rey Labrador quien hizo construir la que se considera una de las fortalezas góticas más importantes de la Beira Interior.
La aldea creció a la sombra de sus murallas, repleta de calles sinuosas y casas de granito con gárgolas, portales y ventanas manuelinas, con la antigua judería medieval y los solares barrocos contando su historia en las piedras de los edificios.
En Linhares, no olvides visitar:
El castillo
La Igreja Matriz y la Igreja da Misericórdia
Las casas manuelinas y la antigua albeguería
La picota y los antiguos Paços do Concelho (Ayuntamiento)
El Solar dos Corte Real y el Solar Brandão e Melo