En 2024, esta marca portuguesa de renombre mundial celebra 200 años de una historia profundamente rica, llena de las historias más inspiradoras. Lejos quedan los días en que los artículos de porcelana se transportaban a los clientes en camello. Pero la marca ha conservado su alma primordial. Fiel a un pasado memorable. Ansiosa de futuro.
En Portugal, no es raro ver a la gente dar la vuelta a los platos en la mesa para ver si es una creación de Vista Alegre. Esta marca portuguesa de excelencia se encuentra en las casas reales europeas o en la Casa Blanca, pero también en los hogares portugueses de norte a sur del país. Vista Alegre siempre ha sido sinónimo de calidad extrema y longevidad. Un símbolo de confianza en la tradición.
Rodeada por la Ría de Aveiro, un sistema lagunar reconocido en el siglo XVI, la fábrica de Vista Alegre se benefició desde el principio de esta situación privilegiada. En el pasado, las vías fluviales eran las principales vías de comunicación para el transporte de materias primas y productos. En el corazón de un paisaje natural inspirador, la fábrica evolucionó hasta convertirse en un complejo pionero, referencia de buenas prácticas sociales.
Para superar las dificultades experimentadas en la producción de porcelana, Augusto Ferreira Pinto Basto, hijo del fundador de Vista Alegre, realizó una visita técnica a la fábrica francesa de Sèvres. Allí estudió la composición de la pasta y obtuvo informaciones que resultaron decisivas para el descubrimiento de abundantes yacimientos de caolín al norte de Ílhavo.
Con la producción regular de porcelana entre 1832 y 1840, se produjeron importantes mejoras en la calidad de las pastas y los esmaltes, y la producción también se benefició de significativos avances tecnológicos. Durante las primeras décadas de producción, la apuesta de la empresa por la contratación de maestros extranjeros con experiencia en la producción de cerámica fue también decisiva para la formación de una mano de obra local altamente especializada en la producción de porcelana.
En 1851, Vista Alegre participó en la Exposición Universal organizada en el Crystal Palace de Londres, y en 1867 recibió el reconocimiento internacional en la Exposición Universal de París.
En 1924, con el nombramiento de João Theodoro Ferreira Pinto Basto como Director General, se inició un período de resurgimiento. Además del crecimiento y la renovación en el área industrial, también se produjo una fuerte revitalización en el plano creativo. Estilos modernistas como el Art Déco o el Funcionalismo revelaron la capacidad de la empresa para adaptarse a los cambios sociales y estéticos del cambio de siglo.
Esta exitosa trayectoria se consolidó en las siguientes décadas del siglo XX. Una profunda reestructuración industrial permitió a la empresa rentabilizar su producción, haciendo más eficaz su capacidad de respuesta ante el aumento del consumo y la globalización de los mercados. Por otra parte, el mantenimiento de un área de fabricación altamente especializada, centrada en el saber hacer de los trabajadores y en las tradiciones seculares de la empresa, permitió a la Fábrica ocupar un lugar de primacía entre los grandes fabricantes europeos.
Más que una fábrica de porcelana, Vista Alegre fue desde el principio un proyecto social de éxito. Todo un complejo que incluía, además de las instalaciones de la fábrica, el barrio obrero, un teatro, una escuela, una capilla y el primer cuerpo de bomberos de Portugal.
La familia Pinto Basto fue la responsable de la introducción del fútbol en Portugal. El primer partido de fútbol disputado en Portugal tuvo lugar en octubre de 1886. En 1915 se fundó el Sporting Clube da Vista Alegre, que hoy cuenta con más de 400 jugadores federados que pertenecen a la Asociación de Fútbol de Aveiro.
El fundador de Vista Alegre, José Ferreira Pinto Basto, era un hombre adelantado a su tiempo, con una visión profundamente inspiradora. Se dio cuenta de que una mano de obra cualificada era absolutamente crucial para el éxito de la empresa. Así que, ya en 1824, empezó a construir el barrio obrero. Los primeros habitantes del barrio fueron trabajadores del vidrio y la cerámica procedentes de todo el país. La creación de una comunidad desempeñó un papel decisivo en el éxito de la fábrica de Vista Alegre.
José Ferreira Pinto Basto también fundó un internado donde los trabajadores de la fábrica aprendían a leer, escribir, dibujar, pintar y tocar instrumentos musicales.
En 1826 nació la orquesta filarmónica y en 1851 el Teatro Vista Alegre, con pinturas de prestigiosos artistas extranjeros.
La marca Vista Alegre es naturalmente apreciada por la comunidad de Ílhavo, una sorprendente localidad a 6 kilómetros de Aveiro, famosa por ser tierra de intrépidos navegantes que fueron cruciales en los Descubrimientos portugueses y en las campañas del bacalao en Terranova.
En dos siglos, esta marca portuguesa de primer orden ha ganado numerosos premios en todo el mundo y es reconocida como una marca de excelencia que honra la tradición, así como el poder creativo de la contemporaneidad. Vista Alegre sitúa el diseño en el centro de su actividad, trabajando en colaboración con una extensa lista de innovadores diseñadores nacionales e internacionales que crean las piezas más impresionantes.
"Duck time", una creación de los ilustradores italianos Ale + Ale, da nombre a la primera pieza producida en 2024 para celebrar el 200 aniversario de Vista Alegre. Se trata de un plato calendario con la primera mascota de Vista Alegre en el centro, el pato. Este animal que puede moverse en el agua, en la tierra y en el aire simboliza la resistencia y la flexibilidad. La pieza "Duck time" representa el paso del tiempo, marcando algunos de los momentos más significativos de la larga historia de Vista Alegre. Seguirán muchas más piezas con el logotipo del bicentenario. Es hora de celebrar y de soñar con el futuro, como el Grupo Visabeira ha soñado desde 2009!