Entender la importancia de la marca Vista Alegre implica captar los diferentes periodos de su historia, conocer los personajes y las corrientes artísticas que la influenciaron, embeberse en sus particulares condiciones. El Museo Histórico de Vista Alegre reúne la historia de la empresa fundada por José Ferreira Pinto Basto, la evolución de la fábrica y de sus colecciones a lo largo de casi 200 años de existencia y la relación del emblemático complejo fabril con la población de Ílhavo.
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Este suntuoso espacio construido en el siglo XVIII fue la residencia de siete generaciones de la familia Pinto Basto, rodeado de magníficos jardines y de una terraza que se extiende con vistas a la Ría de Aveiro. Hoy en día, el Palacio se utiliza para alojar a los invitados de la Fábrica de Vista Alegre.
La capilla de la patrona de Vista Alegre, fundada a finales del siglo XVII por el obispo D. Manuel de Moura Manoel, es un imponente edificio barroco, con magníficos detalles decorativos, como la Senhora da Penha de França que recibe a los fieles en la fachada del templo, o el admirable conjunto que reviste el interior, con azulejos del siglo XVIII, tallas doradas y bóvedas pintadas al fresco. Destaca el magnífico sepulcro del fundador, esculpido en piedra de Ançã por Claude Laprade. El espacio fue clasificado como Monumento Nacional en 1910.
En una muestra de conciencia social muy avanzada para su tiempo, la familia Pinto Basto ordenó la construcción, en los años inmediatos a la fundación de la fábrica, de un barrio con funciones de vivienda permanente de los trabajadores, dado que el complejo fabril se hallaba a una distancia considerable de las poblaciones más cercanas, de donde venían los obreros. Algunas de estas casas son, aún hoy, residencias familiares de algunos trabajadores.
Construido para aportar un espacio de ocio y entretenimiento para los trabajadores y habitantes del barrio social, el Teatro de Vista Alegre es hoy sede de un grupo de teatro aficionado, compuesto por empleados de la fábrica. Puntualmente se cede el escenario a otros grupos artísticos de la región de Aveiro.
Visitar la Fábrica de Vista Alegre es entrar en un mundo que guarda los secretos de la fabricación centenaria de la porcelana más internacional de Portugal.
Mundialmente conocida, con una de las marcas de porcelana más prestigiosas, la Fábrica de Vista Alegre fue creada por José Ferreira Pinto Basto a principios del siglo XIX para la fabricación de porcelana, vidrio y procesos químicos. En 1812 el empresario adquirió la Quinta da Ermida, situada en Ílhavo, a orillas de la Ría de Aveiro, una terreno rico en minerales, barro y arenas blancas, indispensables para la producción de cerámica, y poco después acabó por comprar las tierras circundantes. En dichos terrenos se incluía la Quinta da Vista Alegre, donde ya había un palacio, una capilla y varios edificios, y fue en este complejo donde Pinto Basto puso en marcha su planta de porcelana. En 1824, llegó el decreto real firmado por D. João VI, y, cinco meses después, recibió el título de Real Fábrica de Vista Alegre.
Visitar la Fábrica de Vista Alegre es entrar en un mundo que guarda los secretos de la fabricación centenaria de la porcelana más internacional de Portugal. Recorre el espacio y sigue todo el proceso de creación de algunas de las piezas más emblemáticas de la porcelana portuguesa, desde la composición de la mezcla hasta la cocción final. Ven a conocer la escuela de pintura que, a lo largo de la historia de la fábrica, ha sido fundamental tanto en la formación de muchos jóvenes artistas como en la preservación de la tradición de excelencia. En el área de Manufactura, puedes presenciar por qué la técnica de pintura a mano marca la diferencia en Vista Alegre, siendo esta una de las pocas industrias que sigue teniendo mano de obra especializada y calificada trabajando en exclusiva para la producción de sus prestigiosas piezas. Además de la excelencia de la pintura a pincel, ven a comprobar la modernidad tecnológica de la producción de la fábrica, siguiendo una tendencia que, desde finales del siglo XIX fue decisiva para mantener a Vista Alegre a la vanguardia de los métodos de producción y diseño de porcelanas.