Estamos todos estamos cansados de correr. Correr a la oficina, correr a casa, correr para nuestra familia y amigos, o para recoger a los niños. Y también el tiempo está corriendo. Irónicamente, la cuarentena nos dio ese valioso regalo: el tiempo. Para nuestros seres queridos, para nosotros mismos. Es llegada la hora de respirar profundamente y de descubrir la vida. Así que empecemos a viajar de nuevo, lo haremos lentamente. Para disfrutar la vida al máximo. Sin prisa.