El monasterio dominico de Batalha fue erigido para conmemorar la victoria de los portugueses sobre los castellanos en la batalla de Aljubarrota (1385). Su construcción, que fue la principal empresa arquitectónica de los monarcas portugueses durante dos siglos, dio nacimiento a un estilo gótico nacional hondamente influido por el arte manuelino, como puede apreciarse en el claustro real, auténtica obra maestra de la arquitectura.
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Situada al norte de Lisboa, la abadía de Santa María de Alcobaça fue fundada en el siglo XII por el rey Alfonso I. Sus dimensiones, la pureza de su estilo arquitectónico, la belleza de los materiales empleados en su construcción y el esmero con que ésta se llevó a cabo han hecho de este monasterio una obra maestra del arte gótico cisterciense.
Monumento simbólico de exaltación de la Reconquista, el convento de la Orden del Temple en Tomar fue transferido en 1344 a la Orden de los Caballeros de Cristo. En la época manuelina llegó a simbolizar, en cambio, la apertura de Portugal a otras civilizaciones.
Situada en una colina, con una vista sobre la ciudad, la Universidad de Coimbra, con sus colegios, creció y se desarrolló durante más de 7 siglos dentro de la ciudad antigua. Los notables edificios universitarios incluyen diversos colegios del siglo 16, el Real Palacio de Alcáçova que ha acogido la Universidad desde 1537, la biblioteca Joanina con su decoración barroca, el Jardín Botánico del siglo 18 y la Prensa Universitaria, así como la grande "ciudad universitaria" creada en los años 40. Los edificios de la Universidad se han tornado una referencia del desarrollo de otras instituciones de educación superior en el espacio de lengua oficial portuguesa, donde ha ejercido una influencia determinante en el aprendizaje y en la literatura. Coimbra ofrece un ejemplo extraordinario de una ciudad universitaria integrada, con una tipología urbana específica, así como sus tradiciones culturales y ceremoniales que han sido preservadas a lo largo de los años.
Los sitios de arte rupestre prehistórico del Valle del Côa, inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial en 1998, poseen una extraordinaria concentración de petroglifos del Paleolítico Superior (22.000-10.000 a.C.), que es única en su género en el mundo y constituye uno de los ejemplos más notables de las primeras creaciones artísticas del ser humano. La zona arqueológica de Siega Verde, ubicada en la comunidad de Castilla y León, completa esos sitios con sus 645 grabados ejecutados en una escarpadura formada por la erosión fluvial. Esos grabados son esencialmente figurativos y representan animales, aunque también se han identificado algunas figuras geométricas y esquemáticas. Los sitios del Valle del Côa y el sitio de Siega Verde forman el conjunto más importante de arte rupestre paleolítico al aire libre de la Península Ibérica.