La orquídea Cephalanthera longifolia es una de las pocas orquídeas blancas que florecen en Portugal. Es fácil encontrarla en los claros de los bosques o al borde de las carreteras, en las zonas de transición entre los robledales, los pinares y el sotobosque.
Sus hojas lanceoladas crecen a lo largo del tallo y tienen una característica realmente única: a medida que crecen, las hojas caen hacia los lados. A diferencia de las Orchis, esta especie de orquídea no necesita polinizador. La reproducción está garantizada por los rizomas, que son almacenes de proteínas y almidones. A medida que los rizomas se extienden por el suelo, surgen nuevas raíces y brotes que dan lugar a nuevas plantas. Una vez más, las orquídeas abren el camino al desarrollo de sabias técnicas de supervivencia.
La versión amarilla de la Cephalanthera longifolia es una rareza, pero en el Parque Natural de la Serra de Aire e Candeeiros hay un lugar especial donde se puede ver esta especie, concretamente el robledal de Orçário, en Alvados. Créditos fotográficos: Luís Afonso