Los alrededores se caracterizan por lugares extraordinarios, como el Faro de Cabo Mondego, de 15 metros de altura, situado en la Sierra de Boa Viagem, que data de 1922, entre la salvaje playa de Murtinheira y Figueira da Foz. El Monumento Natural de Cabo Mondego es el único punto escarpado de la costa central portuguesa. Un impresionante conjunto de rocas calizas que se adentran en el mar. Este es, sin duda, el lugar ideal para comprender la formación del océano Atlántico.No deje de visitar: la isla de Morraceira, habitada por elegantes flamencos, o el Museo de la Sal, que rinde homenaje a esta antigua tradición local. Figueira da Foz es un gran destino de surf, poseedor de “la mejor derecha de Europa”. La playa de Cabedelo se asume como una referencia en términos de surf, incluido el surf adaptado. “Gliding Barnacles” es “el” evento surfero por excelencia y se celebra cada año entre finales de agosto y principios de septiembre en la playa de Cabedelo. Al igual que los percebes viven aferrados a los cascos de los barcos, los surfistas viven sobre tablas de surf: ¡son los “percebes planeadores”!Salimos de Figueira da Foz y seguimos la Estrada Atlántica (carril bici entre Oporto y Lisboa) a lo largo de los paisajes naturales más asombrosos, playas encantadoras y pueblos acogedores. En el punto más septentrional, la Estrada Atlántica atraviesa la playa de Osso da Baleia (en Pombal), así como las playas de Vieira de Leiria y Pedrógão. Estas playas son notables ejemplos de la ancestral tradición pesquera “arte xávega”, tan típica de esta región. Praia Velha es un lugar informal, donde apetece quedarse por la tarde o por la noche. São Pedro de Moel, por su parte, es una hermosa playa, enclavada entre extensos pinares y el magnífico océano, que se enorgullece de su patrimonio aristocrático de 500 años. En la pintoresca playa de São Pedro de Moel, es el momento de detenerse a contemplar el magnífico Penedo da Saudade, de 55 metros de altura, un fascinante hito paisajístico que data de 1912. Paredes da Vitória es también una excelente playa de surf, con una enorme formación rocosa llamada “el castillo” que se formó por la acción del viento y el mar, creando un león dormido que descansa frente al océano Atlántico.
La playa de Vale Furado es ideal para pescar, un bello rincón entre impresionantes acantilados.